jueves, 3 de abril de 2008

Dos poemas

José Javier Villarreal

HALLAZGO

Atravesar un cuarto, abrir una puerta.
Estar frente al espejo y no reconocer cosa alguna.
Retirar la corbata, la camisa, el pantalón;
desnudar un cuerpo como quien medita una idea,
como quien se queda dormido,
como quien hace de cuenta
y bajo ese absurdo que brilla tan alto
descubrir una gema y no poder inclinarse.


POR LA MAÑANA

Ahora lo pensaba con la luz de la mañana,
con esa sábana que iba cubriendo los muebles de la casa,
la sal sobre la mesa y los heliotropos en el césped.
Se estaba quieto escuchando las frases,
los lagartos en el canto de la barda,
aquellas piedras que le escuchaban y mostraban cierto interés por sus congojas.
Ya antes lo había pensado
con esos ruidos y relámpagos cubriendo la desnudez del cuerpo,
la amoratada intemperie, el ruido seco y quebradizo de sus brazos.
Seguramente por la tarde también lo pensaría.
Sería de otra manera, con otros argumentos,
con las sombras que llegarían a rodear su cuerpo,
a poner sitio a sus cavilaciones.
Pero ahora lo pensaba con la luz de la mañana,
con ese remordimiento que escurría por sus labios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora entiendo porque se declaró desierto el premio aguascalientes: si esta es su idea de excelencia ¡en hora buena que no hubo libro premiado!

Anónimo dijo...

mucha pirotecnia y nada de sustancia!

Claudio Uriel Romo